domingo, 2 de agosto de 2009

(...)Pero, en la era Macri, la ciudad de Buenos Aires parece ser –al menos, en el aspecto policial– la tierra de la segunda oportunidad. Ramis fue designado titular del Instituto Policial de la Metropolitana. Chamorro dirigirá la Dirección Administrativa. Orueta, la de Seguridad. Mazzeo fue puesto al frente de Asuntos Internos. Mizurelli, a cargo de Asuntos Externos. Y Morón conducirá la Unidad de Auditoría. Cabe destacar que esta última dependencia, así como también Asuntos Internos y Externos, son en realidad nombres de fantasía, ya que su veradadero objetivo estará cifrado en efectuar tareas de inteligencia sobre los ciudadanos y también sobre su propia tropa. Ello estará centralizado por el experimentado Morón, mientras que su cuñado reunirá información sobre diversos objetivos públicos y privados de la vida civil, en tanto que Mazzeo se dedicará al escarpado arte de la contrainteligencia. En pocas palabras, una policía a la medida de sus hacedores. Mauricio ratifica. El inequívoco carácter de reality show que adquirió la obligada visita de Montenegro a la Comisión de Seguridad de la Legislatura fue seguramente el primer acto de una puja que, dada la naturaleza de algunos funcionarios porteños, tendrá seguramente visos de comedia. En este punto, resulta inexplicable la obstinación de Macri en mantener a Palacios en el candelero de su policía personal. Y que esté dispuesto a pagar por ello el correspondiente costo político. Sin embargo, en esta trama subyace un interrogante: ¿en qué consiste el compromiso real que el jefe de Gobierno mantiene con el polémico comisario? Seguramente, la respuesta a dicha cuestión posea el rango de secreto de Estado. Por lo demás, el perfil de la Metropolitana ya no es un arcano. La entronización del abogado ultraderechista Daniel Pastor en la academia policial; la designación como coordinador de la fuerza del ex comisario Carlos Kervokian (vinculado al homicidio de un hincha de Defensores de Belgrano durante un operativo en la cancha de Huracán), junto con la convocatoria de militares, que según la Ley de Seguridad Interior tienen prohibidas las tareas policiales. Y el veto macrista de la comisión creada por la Legislatura para controlar a la flamante policía, no son sino la marca de un estilo. (...)
Ricardo Ragendorfer
http://argentina.indymedia.org/news/2009/07/682268.php

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